Doctor Slump
2004-02-15 21:01:18 UTC
Salvo mejor opinión, "Waltzing Matilda" es una especie de himno
oficioso de Australia, una canción que les representa y une, y que
siempre ha acompañado a las marchas militares del país. El significado
del título, viene a ser algo así como "ir en busca de trabajo con el
hatillo al hombro" (véase una explicación en
http://www.waltzingmatilda.com/wmhist.html).
La canción de The Pogues (que no es suya, sino de Eric Bogle), hace
referencia a ese himno, y es difícil de traducir. En el libro de Ann
Scanlon utiliza "bailar vals con Matilda", pero yo lo entiendo más
bien como vagabundear, acampar, vivaquear... La última estrofa es
parte de la letra de "Walting Matilda".
El contexto histórico es la I Guerra Mundial, cuando los turcos
masacraron a los australianos en Gallipoli.
Bueno, copio (con ligerísimas modificaciones) su traducción:
LA BANDA TOCABA "WALTZING MATILDA"
Cuando yo era joven, llevaba mi macuto
y vivía la vida libre del vagabundo.
Desde la verde cuenca de Murrays hasta el polvoriento interior
bailé vals con mi Matilda por todas partes.
Luego, en 195, mi país dijo: "Hijo.
es hora de dejar de vagabundear, porque hay trabajo que hacer",
así que me dieron un sombrero de hojalata y un fusil
y me enviaron lejos, a la guerra.
Y la banda tocaba "Waltzing Matilda"
mientras nuestro barco se alejaba del muelle,
y, entre todos los llantos, los gritos y las felicitaciones,
navegamos hacia Gallipoli.
¡Qué bien recuerdo aquel día terrible!
¡Cómo la sangre manchaba la arena y el agua!
Y cómo, en aquella ciudad llamada Suvla Bay,
fuimos descuartizados como corderos en el matadero.
Johnny Turk estaba preparado, muy bien preparado;
nos cazó a tiros y nos envío una lluvia de granadas,
y en sólo cinco minutos ya nos había mandado al infierno,
casi nos hace volar de vuelta a Australia.
Pero la banda tocaba "Waltzing Matilda"
mientras nos deteníamos para enterrar a los muertos;
nosotros enterramos los nuestros y los turcos enterraron los suyos.
Luego volvimos a empezar.
Los que quedamos tratamos de sobrevivir
en aquel enloquecido mundo de sangre, muerte y fuego,
y durante diez espantosas semanas conseguí mantenerme con vida,
mientras a mi alrededor los montones de cadáveres eran cada vez más
altos.
Luego, un enorme obús turco me dejó patas arriba,
y cuando desperté en la cama del hospital
y vi lo que me había hecho, ¡Dios!, deseé estar muerto.
No sabía que había cosas peores que morir.
Porque nunca volveré a ir a bailar vals con Matilda
a ninguno de los hermosos prados verdes,
porque para hacer eso un hombre necesita las dos piernas.
Para mí se acabó el bailar vals con Matilda.
Así que recogieron a los lisiados, los heridos, los mutilados,
y nos enviaron a casa en un barco, a Australia.
Los mancos, los cojos, los ciegos, los locos,
todos los orgullosos héroes de Suvla.
Cuando nos barco iba a amarrar en Circular Quay,
me miré donde había tenido las piernas,
y le di gracias a Dios porque nadie me esperaba
para compadecerme y llorar y lamentarse.
Y la banda tocaba "Waltzing Matilda"
mientras nos bajaban por la pasarela,
pero nadie se alegró; se quedaron de pie, contemplándonos,
hasta que apartaron la vista de nosotros.
Cada mes de abril me siento en el porche
para ver el desfile que pasa delante de mí,
y miro a mis antiguos camaradas, desfilando orgullosamente,
renovando viejos sueños de glorias pasadas.
Y los viejos desfilan lentamente, encorvados, rígidos y dolientes,
los héroes olvidados de una guerra olvidada,
y los jóvenes preguntan: "¿Por qué desfilan?",
y yo me hago la misma pregunta.
Y la banda toca "Waltzing Matilda"
y los viejos responden a la llamada,
pero año tras año son menos los que desfilan.
Llegará el día en que no desfile nadie.
"Bailando vals con Matilda, bailando vals con Matilda,
¿quién viene a bailar un vals conmigo?,
y se pueden oír sus fantasmas al pasar el Billabong,
¿quién viene a bailar un vals conmigo?"
oficioso de Australia, una canción que les representa y une, y que
siempre ha acompañado a las marchas militares del país. El significado
del título, viene a ser algo así como "ir en busca de trabajo con el
hatillo al hombro" (véase una explicación en
http://www.waltzingmatilda.com/wmhist.html).
La canción de The Pogues (que no es suya, sino de Eric Bogle), hace
referencia a ese himno, y es difícil de traducir. En el libro de Ann
Scanlon utiliza "bailar vals con Matilda", pero yo lo entiendo más
bien como vagabundear, acampar, vivaquear... La última estrofa es
parte de la letra de "Walting Matilda".
El contexto histórico es la I Guerra Mundial, cuando los turcos
masacraron a los australianos en Gallipoli.
Bueno, copio (con ligerísimas modificaciones) su traducción:
LA BANDA TOCABA "WALTZING MATILDA"
Cuando yo era joven, llevaba mi macuto
y vivía la vida libre del vagabundo.
Desde la verde cuenca de Murrays hasta el polvoriento interior
bailé vals con mi Matilda por todas partes.
Luego, en 195, mi país dijo: "Hijo.
es hora de dejar de vagabundear, porque hay trabajo que hacer",
así que me dieron un sombrero de hojalata y un fusil
y me enviaron lejos, a la guerra.
Y la banda tocaba "Waltzing Matilda"
mientras nuestro barco se alejaba del muelle,
y, entre todos los llantos, los gritos y las felicitaciones,
navegamos hacia Gallipoli.
¡Qué bien recuerdo aquel día terrible!
¡Cómo la sangre manchaba la arena y el agua!
Y cómo, en aquella ciudad llamada Suvla Bay,
fuimos descuartizados como corderos en el matadero.
Johnny Turk estaba preparado, muy bien preparado;
nos cazó a tiros y nos envío una lluvia de granadas,
y en sólo cinco minutos ya nos había mandado al infierno,
casi nos hace volar de vuelta a Australia.
Pero la banda tocaba "Waltzing Matilda"
mientras nos deteníamos para enterrar a los muertos;
nosotros enterramos los nuestros y los turcos enterraron los suyos.
Luego volvimos a empezar.
Los que quedamos tratamos de sobrevivir
en aquel enloquecido mundo de sangre, muerte y fuego,
y durante diez espantosas semanas conseguí mantenerme con vida,
mientras a mi alrededor los montones de cadáveres eran cada vez más
altos.
Luego, un enorme obús turco me dejó patas arriba,
y cuando desperté en la cama del hospital
y vi lo que me había hecho, ¡Dios!, deseé estar muerto.
No sabía que había cosas peores que morir.
Porque nunca volveré a ir a bailar vals con Matilda
a ninguno de los hermosos prados verdes,
porque para hacer eso un hombre necesita las dos piernas.
Para mí se acabó el bailar vals con Matilda.
Así que recogieron a los lisiados, los heridos, los mutilados,
y nos enviaron a casa en un barco, a Australia.
Los mancos, los cojos, los ciegos, los locos,
todos los orgullosos héroes de Suvla.
Cuando nos barco iba a amarrar en Circular Quay,
me miré donde había tenido las piernas,
y le di gracias a Dios porque nadie me esperaba
para compadecerme y llorar y lamentarse.
Y la banda tocaba "Waltzing Matilda"
mientras nos bajaban por la pasarela,
pero nadie se alegró; se quedaron de pie, contemplándonos,
hasta que apartaron la vista de nosotros.
Cada mes de abril me siento en el porche
para ver el desfile que pasa delante de mí,
y miro a mis antiguos camaradas, desfilando orgullosamente,
renovando viejos sueños de glorias pasadas.
Y los viejos desfilan lentamente, encorvados, rígidos y dolientes,
los héroes olvidados de una guerra olvidada,
y los jóvenes preguntan: "¿Por qué desfilan?",
y yo me hago la misma pregunta.
Y la banda toca "Waltzing Matilda"
y los viejos responden a la llamada,
pero año tras año son menos los que desfilan.
Llegará el día en que no desfile nadie.
"Bailando vals con Matilda, bailando vals con Matilda,
¿quién viene a bailar un vals conmigo?,
y se pueden oír sus fantasmas al pasar el Billabong,
¿quién viene a bailar un vals conmigo?"